Recuerdo la primera vez que pisé el Circo de Gredos en marzo de 1973.. había atravesado toda la cuerda subiendo por La Mira y los Galayos.. el refugio de la plataforma estaba tan saturado que el grupo que dirigía un experto compañero que me llevaba a mi de auxiliar para iniciar en los caminos de la montaña a un grupo de 8 chavales de 10 años, tuvimos que vivaquear en el Prado de las Pozas.
Como experiencia para todos fue inolvidable, el lecho de piornos , el techo de una tienda isotérmica de entonces , las almohadas las mochilas y unos encima de otros contemplando al raso el cielo estrellado.
Muchos de aquellos chavales han sido grandes montañeros, yo les recuerdo como un grupo una cordada llena de ilusión bajo las estrellas.. la Polar marcando el Norte, Casiopea y las dos Osas se quedaron como guías de nuestras vidas.
Siempre hay un Norte que nos dirige, la Polar, la Rosa de los Vientos, o alguien que metafóricamente cumple esta misión en nuestras vidas.
Aventuras de un mapa
Recuerdo la primera vez que pisé el Circo de Gredos en marzo de 1973.. había atravesado toda la cuerda subiendo por La Mira y los Galayos.. el refugio de la plataforma estaba tan saturado que el grupo que dirigía un experto compañero que me llevaba a mi de auxiliar para iniciar en los caminos de la montaña a un grupo de 8 chavales de 10 años, tuvimos que vivaquear en el Prado de las Pozas.
Como experiencia para todos fue inolvidable, el lecho de piornos , el techo de una tienda isotérmica de entonces , las almohadas las mochilas y unos encima de otros contemplando al raso el cielo estrellado.
Muchos de aquellos chavales han sido grandes montañeros, yo les recuerdo como un grupo una cordada llena de ilusión bajo las estrellas.. la Polar marcando el Norte, Casiopea y las dos Osas se quedaron como guías de nuestras vidas.
Siempre hay un Norte que nos dirige, la Polar, la Rosa de los Vientos, o alguien que metafóricamente cumple esta misión en nuestras vidas.
Me gustaLe gusta a 1 persona